Mensaje del Obispo de Arecibo para el Día de Acción de Gracias 2020

En este Día de Acción de Gracias, donde quizás muchos no podrán reunirse con sus seres queridos a causa de la pandemia, quisiera llevar palabras de aliento, allí donde la soledad tiente al desánimo.
¡Que cruz tan grande llevan aquéllos que no pueden estar con los que aman a causa de la Pandemia! ¡Que sacrificio para aquéllos que, por proteger a los que aman, han tenido que recurrir a una llamada telefónica, en vez de las acostumbradas reuniones familiares!
Decía el Papa Francisco en el ángelus del 28 de junio 2020 que “No hay amor verdadero sin cruz, es decir, sin un precio a pagar en persona”.
“Y lo dicen muchas madres, muchos padres que se sacrifican tanto por sus hijos y soportan verdaderos sacrificios, cruces, porque aman. Y si se lleva con Jesús, la cruz no da miedo, porque Él siempre está a nuestro lado para apoyarnos en la hora de la prueba más dura, para darnos fuerza y coraje”.
En este Día de Acción de Gracias, demos gracias a Jesús porque está a nuestro lado en esta hora “de la prueba más dura”, que es la Pandemia del Covid-19. Para darnos fuerza en momentos de soledad, coraje en momentos de enfermedad, consuelo en momentos de la pérdida de un ser querido, con la esperanza del Resucitado de que nos volveremos a encontrar. Gracias por las manos de los voluntarios que han llevado comida en momentos de necesidad y por los que siguen dando la vida en el área de la salud. Gracias por el don de aquellos que aún permanecen cercanos dentro del núcleo familiar. Gracias, muy especialmente, por todos los sacerdotes, ministros de la acción de gracias por excelencia, la Eucaristía. Gracias por la vida, pero sobre todas las cosas, gracias por el don de la fe y el amor de Dios.
Que la gratitud, que es la “característica distintiva del cristiano” como la llamó el Papa Francisco, nos lleve a comprender en este Día de Acción de Gracias las palabras de Santa Teresa de Jesús: “Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia Todo lo alcanza; Quien a Dios tiene Nada le falta: Sólo Dios basta”.