Este jueves: Convocan a adoración eucarística contra el sacrilegio

El Vicario General de la Diócesis de Arecibo, Padre Luis Colón convocó a que todas las parroquias de la Diócesis de Arecibo este próximo jueves 13 de mayo, memoria de Nuestra Señora de Fátima, se ofrezca la Santa Misa y se hagan horas de adoración eucarística, para implorar que no se comentan ofensas contra la sagrada eucaristía, particularmente los actos programados en Alemania para el próximo 15 de mayo.
A pesar de la negativa de la Santa Sede, el presidente de la conferencia episcopal alemana Mons Georg Batzing, ha anunciado que el próximo 15 de mayo llevarán a cabo la práctica de la ‘Inter comunión’, es decir, admitirán a la recepción de la Santísima Eucaristía a todos los protestantes y personas que lo soliciten.
Según el número 2120 del Catecismo de la Iglesia Católica, “El sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos y las otras acciones litúrgicas, así como las personas, las cosas y los lugares consagrados a Dios. El sacrilegio es un pecado grave sobre todo cuando es cometido contra la Eucaristía, pues en este sacramento el Cuerpo de Cristo se nos hace presente substancialmente”.
“En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están ‘contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero’”, explica el número 1374 del Catecismo. Por ello, el número 1385 detalla que “debemos prepararnos para este momento tan grande y santo. San Pablo exhorta a un examen de conciencia: ‘Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma entonces del pan y beba del cáliz. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo’ ( 1 Co 11,27-29)”.
La propuesta de dar la comunión a comunidades que no creen que realmente se trate del cuerpo de Cristo, está prohibida en el número 1400 del Catecismo de la Iglesia Católica: “Las comunidades eclesiales nacidas de la Reforma, separadas de la Iglesia católica, ‘sobre todo por defecto del sacramento del orden, no han conservado la sustancia genuina e íntegra del misterio eucarístico’. Por esto, para la Iglesia católica, la intercomunión eucarística con estas comunidades no es posible”.
Al respecto, el Vicario General citó del número 1324 del Catecismo en su comunicación enviada a todos los sacerdotes y diáconos de la Diócesis de Arecibo: “La Eucaristía es ‘fuente y culmen de toda la vida cristiana’. ‘Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua’”.