Júbilo en Encuentro de Servidores del Altar

Servidores y servidoras del altar de los diferentes municipios de la Diócesis de Arecibo llegaron hasta el Santuario Diocesano Virgen del Perpetuo Socorro para su XXI Concetración Diocesana.
Luego de un estruendoso aplauso, se hizo un solemne silencio para la invocación.
«Los servidores de la Diócesis de Arecibo se acercan a las plantas de Nuestra Señora», rezó el Padre Jorge Betancourt, quien pidió a Jesús el auxilio en el servicio para todos los jóvenes allí presentes.
«María, María, tú eres bonita, tú eres Madre de Dios», entonó el coro.
El tema del día estuvo dirigido por el Padre Martín Sádaba. Se reconoció además a los «Monaguillos del Año».
«Yo soy el monaguillo del Santuario», dijo el Padre Martín, quien está a cargo de este Santuario dedicado a la Patrona de la Diócesis de Arecibo.
«Nuestra ocupación es preparar, tener todo dispuesto para que nuestros hermanos, puedan venir a visitar a nuestra Madre», explicó.
En ese sentido, dijo que siempre que un hermano que no suele estar en la casa viene de visita, «el importante es él». Entonces, definió que un Santuario es un punto de encuentro con Dios que representa el peregrinar por la vida hacia la casa, que es el cielo.
Amplió que siempre venimos al Santuario es por algo, para pedir algo, por lo que estamos dispuestos a abrirnos a Dios. «Dios no es dificil de encontar», dijo. Entonces, explicó que a este esfuerzo de peregrinación, es auxiliado por la intercesión de la Madre.
Acto seguido, amplió que un Santuario de dedicado a la Patrona representa un lugar donde se vacía todo el amor a ella. Dijo que es una casa de la Virgen, casa para todos. Citó que la Virgen del Perpetuo Socorro se convirtió en Patrona de la Diócesis de Arecibo en el 1985, por lo que llegó como un regalo del cielo.
Explicó que el icono de la Virgen del Perpetuo Socorro, «es una catequesis», lleno de simbología, que se siente que mira a todo el que pasa. «Porque es una madre, que siempre mira a cada uno de sus hijos», detalló.
Asimismo, puntualizó que el icono se llama «Madre del Dios de la Pasión», pues el Niño va asustado a su Madre ante los signos de la Pasión. Añadió que la Madre acoge al niño, pero no cierra la mano y sigue mirandome a mí. De ese modo, resumió que en las manos de la Virgen, «cabemos todos».
El Encuentro tuvo su cumbre en la celebración de la Santa Misa, presidida por el Obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres, acompañado por todos los servidores del altar revestidos según lo hacen en sus respectivas parroquias.