Dos nuevos sacerdotes para la Diócesis de Arecibo

"Adonde no hay amor, pon amor y sacarás amor"

Dos nuevos sacerdotes para la Diócesis de Arecibo

2024-08-17 Temas generales 0

El pasado 9 de agosto, la Diócesis de Arecibo vivió un momento de profunda alegría y esperanza con la celebración de la ordenación presbiteral de dos nuevos sacerdotes: el P. Jhan Carlos Soto González y el P. Miguel Alejandro Rodríguez Soto. La ceremonia, presidida por S. E. R. Mons. Alberto Figueroa Morales, Obispo de Arecibo, tuvo lugar en el Santuario Diocesano Virgen del Perpetuo Socorro en Quebradillas, un lugar cargado de significado espiritual y comunitario. En esta fecha significativa, la diócesis celebró una solemne ordenación presbiteral, que fue un evento destacado por varias razones: fue la primera vez que el Obispo Alberto presidió una ceremonia de ordenación de sacerdotes diocesanos, y la celebración coincidió con su cumpleaños, añadiendo un matiz especial al evento. El santuario, con su ambiente de reverencia y devoción, proporcionó el escenario ideal para una ocasión de tanta importancia. La presencia de numerosos fieles, acompañados de sacerdotes y diáconos de la diócesis y de otras diócesis, subrayó la magnitud del evento y el espíritu de unidad en la Iglesia.

El hecho de que la celebración coincidiera con el cumpleaños del obispo añadió un toque de alegría y festividad al evento. Fue una ocasión para expresar gratitud y felicitaciones a Mons. Alberto, quien recibió el afecto y el cariño de todos los presentes. El pueblo se unió en un sincero canto de cumpleaños y en una oración de agradecimiento por su dedicación y entrega.

Durante la ceremonia, los candidatos a la ordenación se presentaron con humildad y esperanza. El rito de imposición de manos y la oración consecratoria fueron momentos de gran solemnidad y profundidad espiritual. Los nuevos sacerdotes fueron investidos con el poder y la gracia necesarios para cumplir su misión pastoral, en un acto que simboliza la transmisión del sacerdocio a través de la sucesión apostólica.

La homilía del obispo Alberto subrayó la importancia del sacerdocio en la vida de la Iglesia y en la comunidad. El obispo animó a los nuevos sacerdotes a vivir su vocación con valentía y amor, destacando la responsabilidad que tienen de servir y guiar a los fieles. Su reflexión también enfatizó la importancia de la oración, la humildad y el compromiso constante con la misión de Cristo.

“Nuestro modelo es Cristo, buen pastor, un pastor pobre y crucificado, un pastor herido, «el pecho del amor muy lastimado» dice San Juan de la Cruz. Hay que conocer, no solo la misión encomendada, sino también cómo realizarla, el talante que debe distinguir. No se puede ser sacerdote de cualquier manera, sino al estilo de Jesucristo”, resaltó el obispo.

“Nuestra gente los acompaña y reza por ustedes. Hoy los sacerdotes le dan la bienvenida al presbiterio y les aseguran sus oraciones y apoyo. Su obispo, que les recibe como colaboradores, no solo está para asignarles tareas, sino para escucharlos y hacerles el bien. Teresa Benedicta de la Cruz, cuya fiesta celebra hoy la Iglesia, como buena carmelita tendrá desde el cielo una atención especial por ustedes. De ella tomo una frase que quizá tendrán que repetir más de una vez: ‘Responder a la llamada de Dios siempre es una aventura, pero vale la pena correr el riesgo’. Santa María que lleva en brazos a ese Hijo, cuyas «heridas nos han curado» les asegura su Perpetuo Socorro”, concluyó el obispo.

Al final de la ordenación, el Padre Miguel se dirigió a los presentes y aprovechó la ocasión para exhortar a los jóvenes a descubrir el llamado de la vocación al sacerdocio. “Queridos jóvenes que están aquí presentes, deseamos aprovechar este momento para exhortarles a cada uno de ustedes a hacerse la pregunta: ¿Qué quiere Dios de mi vida, que me pide el Señor? Plenamente convencido de la hermosura de la vocación sacerdotal, tanto Jhan Carlos como yo, les animamos a explorar en su corazón a través de la oración y la escucha de la palabra de Dios, la posibilidad de que el Señor les llame a seguir este camino de entrega. El Señor, si les llama a ser sacerdotes, y ustedes responden, serán felices, aquí en la tierra como en el cielo; con cruces, pero serán felices”, manifestó el P. Miguel.

La ordenación de estos dos nuevos sacerdotes representa no solo un aumento en el clero, sino también un renovado impulso para el evangelio y el servicio pastoral en la Diócesis de Arecibo. Que el P. Miguel y el P. Jhan encuentren en su ministerio la fuerza y la sabiduría necesarias para guiar y acompañar a los fieles, y que su dedicación sea siempre un testimonio viviente del amor y la gracia de Dios.

David R. González Sánchez – Ceremoniero

Fotos: Rafy Colón González