La esperanza no defrauda: Diócesis de Arecibo inaugura el Jubileo 2025

La Diócesis de Arecibo inauguró con fervor el Jubileo 2025 bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”. La Apertura Diocesana, celebrada el pasado domingo, congregó a cientos de fieles, religiosos y clérigos en un evento lleno de fe y unidad. Presidida por Mons. Alberto A. Figueroa Morales, la jornada inició en el Centro Diocesano con los ritos solemnes y la lectura de la bula Spes non Confundit del Papa Francisco, marcando este tiempo de gracia. La procesión hacia la Parroquia Nuestra Señora del Carmen destacó la Cruz Jubilar, símbolo de peregrinación y comunión. Durante la homilía, el obispo llamó a vivir este Año Santo como un tiempo de conversión y misión, abrazando el mensaje de esperanza: “La esperanza no defrauda”. Actividades jubilares como peregrinaciones y obras de misericordia serán oportunidades clave para renovar la fe. La celebración concluyó con entusiasmo, marcando el inicio de un camino transformador para toda la diócesis. Este Jubileo invita a redescubrir la alegría del Evangelio y compartirla, caminando unidos con la mirada puesta en Cristo, fuente de esperanza.


Con gran fervor y solemnidad, bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”, la Diócesis de Arecibo celebró el pasado domingo la Apertura Diocesana del Año Santo del Jubileo 2025, un evento que congregó a cientos de fieles, presbíteros, diáconos, seminaristas y religiosas en una jornada marcada por la fe, la unidad y la alegría. La jornada comenzó con los ritos iniciales que se llevaron a cabo en el Centro Diocesano de Arecibo, presididos por nuestro obispo Mons. Alberto A. Figueroa Morales.
Tras la lectura de la bula Spes non Confundit del Papa Francisco, convocando oficialmente este tiempo de gracia, una solemne procesión recorrió las calles hasta la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, donde se celebró la Santa Misa. Al llegar al umbral del templo, los fieles veneraron la Cruz Jubilar, símbolo escogido para guiar el camino espiritual durante este año. Esta cruz, que pertenece a la Pastoral Juvenil Diocesana, será un signo de peregrinación y encuentro para todos los fieles.
En su homilía, el obispo recordó que este Año Jubilar es un “tiempo de conversión, comunión y misión”, invitando a los fieles a abrazar el mensaje de esperanza contenido en las palabras del apóstol Pablo: “La esperanza no defrauda”. Destacó que este lema, reflejo del espíritu del jubileo, debe guiar a cada creyente a confiar en la misericordia de Dios y a vivir con valentía la misión evangelizadora de la Iglesia.
“El jubileo nos desafía a mirar más allá de nuestras limitaciones y a descubrir el rostro de Cristo en el prójimo, especialmente en los más necesitados. Es una invitación a redescubrir la alegría del Evangelio y a compartirla con todos”, expresó el obispo. Asimismo, animó a los fieles a participar activamente en las actividades jubilares, como peregrinaciones, obras de misericordia y momentos de oración, que serán oportunidades concretas para vivir esta experiencia de fe.
La celebración culminó con un espíritu de entusiasmo y unidad, marcando el inicio de un camino jubilar que promete ser una experiencia transformadora para toda la diócesis. Desde el Centro Diocesano hasta las puertas de la parroquia, cada paso dio testimonio de una Iglesia que peregrina unida, con la mirada puesta en Cristo, fuente de esperanza inquebrantable. El Año Santo del Jubileo 2025 se perfila como un tiempo de profunda renovación para la diócesis, un momento para caminar juntos como auténticos peregrinos de esperanza.
Comisión de Comunicaciones
Diócesis de Arecibo
David R. González Sánchez
Fotos: Rafy Colón González
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