Obispo de Arecibo señala “estado de emergencia moral”, mientras reitera rechazo a la ideología de género ante nueva Orden Ejecutiva

El Obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres, vio como un paso de avance, aunque con mucha cautela, la inclusión de los grupos de base de fe en la nueva Orden Ejecutiva del “Estado de Emergencia contra la Violencia de Género”, pero alertó que todavía persiste la imposición de la ideología de género en las escuelas y en las diferentes esferas de gobierno.
“Valoramos los esfuerzos para combatir la violencia contra la mujer, que es un terrible mal que ataca los cimientos mismos de la familia. A través de la Oficina para la Promoción y el Desarrollo Humano nuestra Diócesis ofrece ayuda a las víctimas de violencia doméstica, con programas para la autogestión económica y la superación. Además, el Hogar Santa María Eufrasia acoge a las adolescentes embarazadas que se convierten en víctimas de la violencia familiar cuando son expulsadas de sus hogares. Asimismo, nuestros colegios, a través de la Superintendencia de Escuelas Católicas de la Diócesis de Arecibo, llevan más de una década integrando el currículo de Matrimonio y Familia en sus planteles, que inculca la igual dignidad entre los sexos y la igual distribución de las tareas en el hogar. A nivel pastoral, la proclamación del Año de San José presenta un modelo a seguir para todos los esposos y padres de familia, quienes están llamados a tratar a sus mujeres como lo hizo San José con la Virgen María.”, dijo el Obispo.
En esa línea, expresó que en un tema tan complejo, es importante que el gobierno incluya al sector de base de fe, que lleva años auxiliando a las víctimas que llegan a sus templos.
No obstante, el Obispo reiteró que los legítimos esfuerzos por combatir la violencia contra la mujer no pueden ser utilizados como pretexto para imponer la ideología de género en las escuelas.
En esa línea, el Obispo arecibeño recordó que la ideología de géneros lleva la lucha de clases del marxismo al escenario de la vida familiar, para convertir las relaciones entre los sexos hombre y mujer, en una lucha donde la mujer es víctima sólo por ser mujer, y el hombre el agresor, sólo por ser hombre. Así la solución que propone es acabar con las “clases sexuales” hombre-mujer, equivalente a las clases sociales ricos-pobres del marxismo, liberando a la mujer de ser mujer-madre-esposa. Entonces, ataca la religión, defiende el aborto y la educación en torno a los diferentes estilos de vida sexuales. Añadió que bajo la separación del sexo biológico, esta ideología implica la afirmación de infinidad de ‘géneros’, “algo que es contrario no sólo a la voluntad creadora de Dios sino a la razón y a la evidencia biológica”.
Reiteró que un currículo con la ideología de género violenta el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus valores e implica violentar el derecho constitucional a la libertad de religión.
“Detrás de las luchas de algunos grupos, con sus elementos válidos, hay unas agendas de las cuales no podemos pecar de ingenuos. Realmente lo que estamos padeciendo es un ‘estado de emergencia moral’. Cuando la lucha contra la violencia contra la mujer al mismo tiempo se convierte en lucha a favor de asesinar las niñas y niños en los vientres maternos. Cuando se pretende enseñar a los niños que pueden escoger ser hombre o mujer, o cuando a la mujer se le llama ‘hombre’ y al hombre se le llama ‘mujer’ sin importar cómo han sido creados, se pretende gobernar al margen de Dios”, concluyó.