Atentado Contra la Familia

"Adonde no hay amor, pon amor y sacarás amor"

¿Qué es la ideología de la Perspectiva de Género?

Oficina de Comunicaciones

Obispado de Arecibo

Explica el Juez Asociado del Tribunal Supremo de Puerto Rico, Rivera García, en su Opinión En Conformidad en el Caso A.A.R. Ex Parte (CC-2008-1010):

“Muchos académicos y parte de la opinión pública han rechazado la ideología de género. Esta corriente de feminismo radical –que acuña la exposición de la disidencia entrelíneas a través de los escritos citados–―realiza varias afirmaciones que le comprometen con una determinada manera de entender la naturaleza humana (una pizarra en blanco en el momento del nacer)‖.23 Esa visión asume la construcción social de la identidad de sexo y afirma que las diferencias entre hombres y mujeres no tienen nada que ver con la biología, sino con los procesos de socialización.24

Sin embargo, varios autores han señalado que esta ideología es “anti-intelectual” por su rechazo a la ciencia y a otros campos relacionados con la naturaleza humana, tales como la genética, las neurociencias o la psicología, las cuales ―contradicen el carácter meramente social de las diferencias entre hombres y mujeres‖.25 Vale recalcar que la mayoría de las académicas y académicos se identifican con un feminismo equitativo, que afirma que “la igualdad no significa afirmar empíricamente que todos los humanos son intercambiables; es el principio de que los individuos no se han de juzgar ni limitar por las propiedades medias de sus grupos”.26 Sin embargo, ―[l]as críticas o la desviación con respeto al enfoque de género a menudo son consideradas políticamente incorrectas, por lo que muchos evitan adentrarse en un terreno movedizo‖.27 Mi conciencia, en cambio, no me permite evadir la responsabilidad de plasmar mi juicio crítico como miembro de esta Curia.

Es preciso notar que en el espíritu de las legislaciones de ―vanguardia‖ que adoptan la identidad de género, el ser humano se libera definitivamente de las connotaciones corporales y se afirma independientemente de ellas.28 Bajo estas teorías el sujeto se vuelve libertad, pero se afirma un ―yo‖ desencarnado, abstracto, un fantasma de sí, en el que el cuerpo no cuenta, o quizás peor, es casi un estorbo.29 Al respecto resulta interesante lo que la Jueza del Tribunal Constitucional italiano señora Marta Cartabia, comenta en cuanto a que parece que la cultura jurídica actual le fatiga tener una mirada abierta sobre el ser humano en su integridad, en toda la verdad de su espíritu y cuerpo.30 Así se quiere impulsar la idea de un ser humano emancipado, no solo de las relaciones sociales, familiares y relaciones en general, sino emancipado hasta de su propio cuerpo; con un ―yo‖ ―independiente‖ que rechaza cada dependencia de hecho y relacional que él mismo no haya decidido, escogido y construido autónomamente.31 Así se prescinde incluso del propio cuerpo.32 Es decir, se crea un ser humano incapaz de aceptar el dato de la realidad. De ahí la negación de que la maternidad pertenece a la madre y la paternidad al padre por sus capacidades y razones biológicas. Estos conceptos, se reducen a un mero rol dictado o impuesto por la sociedad, no inextricable a la persona por la tenencia de determinado sexo”. (Termina cita del Juez)

En su opinión, el Juez objeta que todavía se quiera sostener esta ideología con los experimentos del Dr. John Money, quien le realizó una operación de “cambio de sexo” a un bebé gemelo varón que había sido lacerado durante la circuncisión y recomendó criar al varón como si fuese una niña. El niño criado como niña se suicidó.

En palabras del Juez:

“21 Resulta de especial interés e importancia el que para explicar la adopción del término ―género‖ el Juez Presidente acuda a la serie de ensayos sobre intersexualidad publicados por el Dr. John Money. La tesis del referido doctor se llevó al extremo, provocando consecuencias nefastas, tal como se reseña en As nature madehim: the boy who was Raised as a girl, infra. Proveemos un abstracto de esta obra:

In 1967, after a twin baby boy suffered a botched circumcision, his family agreed to a radical treatment that would alter his gender. The case would become one of the most famous in modern medicine—and a total failure. As Nature Made Him tells the extraordinary story of David Reimer, who, when finally informed of his medical history, made the decision to live as a male. A macabre tale of medical arrogance.

Dr. John Money was a psychologist specializing in sex changes. He believed that it wasn’t so much biology that determines whether we are male or female, but how we are raised. (Luego Reimer se suicidó). Health check: The boy who was raised as a girl, https://www.bbc.co.uk/news/health-11814300.” (Termina cita)

¿Qué dice el Magisterio de la Iglesia Católica sobre la ideología de la Perspectiva de Género?

Explica el hoy Papa Emérito Benedicto XVI en su “Carta a los Obispos de La Iglesia Católica sobre la Colaboración del Hombre y la Mujer en la Iglesia y el Mundo”:

En los últimos años se han delineado nuevas tendencias para afrontar la cuestión femenina. Una primera tendencia subraya fuertemente la condición de subordinación de la mujer a fin de suscitar una actitud de contestación. La mujer, para ser ella misma, se constituye en antagonista del hombre. A los abusos de poder responde con una estrategia de búsqueda del poder. Este proceso lleva a una rivalidad entre los sexos, en el que la identidad y el rol de uno son asumidos en desventaja del otro, teniendo como consecuencia la introducción en la antropología de una confusión deletérea [mortífera, venenosa], que tiene su implicación más inmediata y nefasta en la estructura de la familia.

Una segunda tendencia emerge como consecuencia de la primera. Para evitar cualquier supremacía de uno u otro sexo, se tiende a cancelar las diferencias, consideradas como simple efecto de un condicionamiento histórico-cultural. En esta nivelación, la diferencia corpórea, llamada sexo, se minimiza, mientras la dimensión estrictamente cultural, llamada género, queda subrayada al máximo y considerada primaria. El obscurecerse de la diferencia o dualidad de los sexos produce enormes consecuencias de diverso orden. Esta antropología, que pretendía favorecer perspectivas igualitarias para la mujer, liberándola de todo determinismo biológico, ha inspirado de hecho ideologías que promueven, por ejemplo, el cuestionamiento de la familia a causa de su índole natural bi-parental, esto es, compuesta de padre y madre, la equiparación de la homosexualidad a la heterosexualidad y un modelo nuevo de sexualidad polimorfa”.

Ante esta ideología, el entonces Cardenal Ratzinger, respondió que: “la Iglesia, iluminada por la fe en Jesucristo, habla en cambio de colaboración activa entre el hombre y la mujer, precisamente en el reconocimiento de la diferencia misma.” (Congregación para la Doctrina de la Fe, “Carta a los Obispos de La Iglesia Católica sobre la Colaboración del Hombre y la Mujer en la Iglesia y el Mundo”, 31 de mayo de 2004).

En su discurso a la Curia Romana con motivo de las felicitaciones de Navidad, en la Sala Clementina, el Viernes 21 de diciembre de 2012, el Papa Emérito volvió a expresar:

“Si hasta ahora habíamos visto como causa de la crisis de la familia un malentendido de la esencia de la libertad humana, ahora se ve claro que aquí está en juego la visión del ser mismo, de lo que significa realmente ser hombres. Cita una afirmación que se ha hecho famosa de Simone de Beauvoir: «Mujer no se nace, se hace» (“On ne naît pas femme, on le devient”). En estas palabras se expresa la base de lo que hoy se presenta bajo el lema «gender» como una nueva filosofía de la sexualidad. Según esta filosofía, el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide autónomamente, mientras que hasta ahora era la sociedad la que decidía. La falacia profunda de esta teoría y de la revolución antropológica que subyace en ella es evidente. El hombre niega tener una naturaleza preconstituida por su corporeidad, que caracteriza al ser humano. Niega la propia naturaleza y decide que ésta no se le ha dado como hecho preestablecido, sino que es él mismo quien se la debe crear. Según el relato bíblico de la creación, el haber sido creada por Dios como varón y mujer pertenece a la esencia de la criatura humana. Esta dualidad es esencial para el ser humano, tal como Dios la ha dado. Precisamente esta dualidad como dato originario es lo que se impugna. Ya no es válido lo que leemos en el relato de la creación: «Hombre y mujer los creó» (Gn 1,27). No, lo que vale ahora es que no ha sido Él quien los creó varón o mujer, sino que hasta ahora ha sido la sociedad la que lo ha determinado, y ahora somos nosotros mismos quienes hemos de decidir sobre esto. Hombre y mujer como realidad de la creación, como naturaleza de la persona humana, ya no existen. El hombre niega su propia naturaleza. Ahora él es sólo espíritu y voluntad. La manipulación de la naturaleza, que hoy deploramos por lo que se refiere al medio ambiente, se convierte aquí en la opción de fondo del hombre respecto a sí mismo. En la actualidad, existe sólo el hombre en abstracto, que después elije para sí mismo, autónomamente, una u otra cosa como naturaleza suya. Se niega a hombres y mujeres su exigencia creacional de ser formas de la persona humana que se integran mutuamente. Ahora bien, si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad preestablecida por la creación. Pero, en este caso, también la prole ha perdido el puesto que hasta ahora le correspondía y la particular dignidad que le es propia. Bernheim muestra cómo ésta, de sujeto jurídico de por sí, se convierte ahora necesariamente en objeto, al cual se tiene derecho y que, como objeto de un derecho, se puede adquirir. Allí donde la libertad de hacer se convierte en libertad de hacerse por uno mismo, se llega necesariamente a negar al Creador mismo y, con ello, también el hombre como criatura de Dios, como imagen de Dios, queda finalmente degradado en la esencia de su ser. En la lucha por la familia está en juego el hombre mismo. Y se hace evidente que, cuando se niega a Dios, se disuelve también la dignidad del hombre. Quien defiende a Dios, defiende al hombre”.

(https://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2012/december/documents/hf_ben-xvi_spe_20121221_auguri-curia_sp.html)

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